martes, junio 18, 2013

El desplome de estas letras se lo debo a tu visita..
me has tenido por 2 noches balbuceando y escupiendo,
tenía muchísimas ganas de escribir de ti. 

..


Tal vez, me he topado ya, con ese contorno que encierra en sí, la comprensión de mis complejidades, que se satisface con carecer de nombre, categoría o medida. Tal vez, esta figura no se lance directo al precipicio, con tal de conseguir ni promesa, ni permanencia en el tiempo. "Siempre", no está en nuestro vocabulario. 

Viene... convierte mi vida en una danza de ligerezas, el último día en la Tierra; salto por dentro, y escucho todo lo que hay mientras estoy con él, eso me hace sentir que podemos compartirlo todo, nada necesito. 

..

Ese sentimiento del que todos han hablado alguna vez, me besó,
cerró mi boca para que pudiera masticar mis palabras; 
hace tiempo venía pensando que el amor era un 
invento extraordinario, una exageración de la columna por 
mantenerse en pie, o un truco publicitario para que la especie 
humana se resista un poco más a perecer. 

Nada de eso, simplemente una confusión en su descripción, 
amar no es una mutilación en el tiempo, 
es una estupidez tratar de arrastrarlo por donde vamos,
amar puede sentirse alguna vez, algunas veces, y nada más, 
pero aferrados a repetir esas 4 letras incluyéndose bajo su manto,
lo han arruinado todo. 

El amor es la felicidad de la presencia,
ubicarse uno mismo en el presente..
cuando te has dejado guiar por sus instrucciones
y participado de su ligereza, ni siquiera importa que se quede.
La impresión del amor se lleva dentro un paréntesis
como otra acotación en la historia personal. 

lunes, junio 17, 2013

Haberte sometido a mi voluntad
me cuesta ahora los labios hinchados
y que una sonrisa incontrolable
me salga al paso cuando pienso en ti.

Esclavo de mis ganas de adorarte,
de tenerte y estrujarte,
soportando caricias aún dormido,
te comportaste como todo un sometido.

Otra noche semejante a esa
y ni tú ni yo, viviríamos para contarlo,
pasar juntos otra luna en el reino,
me incita a perder la mínima compasión.
Nada semejante 
como forcejear débil entre tus brazos,
acomodarme en ti a ojo cerrado
mientras el sueño se queda,
las caricias que vuelcas sobre mi
aún dormido
me devuelven dulcemente a la vigilia.
Estás conmigo.


La impresión del desvelo
se diluye sin el menor problema,
el cansancio se vuelve nada
cuando la voluntad se ha plantado en el lugar.
Víctima de la dicha
sufrí una transformación:
hasta la música tiene un sabor distinto
cuando tu imagen se le une,
el cuerpo se me estremece
a veces cálido y otras frío,
la sorpresa seguía buscandome,
hasta que un asombro elegantemente ufano
terminó por encontrarme.

El recuerdo no me persigue,

me acompaña:
tus dedos deslizándose muy lento
sobre mi tela desnuda,
las palabras que colocaste
dentro mío...
hasta la misma ternura
se hubiera derretido entre tus manos.