viernes, julio 11, 2008

Irreductible hallazgo que carcome,
esfinge edificada al abandono;
cual cordero convertido en cena,
resignada víctima del más fuerte.

Invítame a ser
lo que se sirva en tu mesa,
derrite mis memorias en tu infierno
tú, fuego eterno de la muerte.

Acaricia mis cabellos de serpiente
y juégate su veneno entre los dedos,
que de manjares de nostalgia
son los ríos de mis venas.

Vierte con cuidado a mis ideas,
no las dejes caer antes que parta,
ofrece un funeral que las merezca
con llantitos silenciosos de otras mentes.

miércoles, julio 09, 2008

Sobre mi joroba

Llevo hoy
una nostalgia de las más tristes,
de esas que no se curan ni por un cambio de escenario
ni por la con-secuencia del tiempo,
una nostalgia que me envuelve a mí
y a todas las demás nostalgias.

Conforme me confirmo
en este lugar,
en este espacio arraigado
en el desarraigo mismo,
en esta lengua escaldada
de escalofríos.

Tengo un fuego interno
que se me desplaza en el pecho,
y unas ganas inmensas
de pasearme de rodillas,
y convertirme en ardor completamente.

Lo que más detesto es sentir que no estoy solo,
tragar ese asfixiante soplo de compañía
me retuerce todo órgano interno,
se lleva de mí lo mejor para dárselo a otro,
nunca seré afín
con los verbos conjugados del "compartir".

Llevo la marca de ayer,
llevo los ojos de nuca,
y sobre esta pesada joroba
recargo a mis gestos flojos,
cansados de andar todo el día.