martes, noviembre 19, 2013

Se me ocurre lo que no quiero decirte,
interfiere lo que sé que hay,
y es, que esto que siento no lo había,
trato de hablártelo pero no sé cómo,
termino diciendo lo que antes dije
y es que, es lo mismo pero diferente,
las palabras se estancan en lo conocido
y yo me estanco con ellas,
atrapada aquí sin saber decirte cómo,
no me pidas nunca que recite lo que siento
que mejor me sale si te miro, sonrío o callo.

Me parece que has aprendido ya
a descifrar estos ojitos,
y estos labios,
que se levantan siempre que tu pasas,
a ver si en alguna de esas veces
logran toparse con los tuyos.
Te extraño cuando te ausentas, te extraño cuando estás, más, si sólo andas, disfruto hasta tus esquinas. Como un amor de escuela.. espero el próximo amanecer, una indicación de otra día más que cuenta con tu existencia.
Quisiera invitarte, quisiera seguirte, quisiera.. desde la intensidad de mis dentros verte, y que el frío empuje tu sonrisa y una brasa en la oscuridad me inste a seguirte.
Quiero cerrar tus labios con los míos, y tararear con las lenguas un silencio de seducción. Quiero guardarme en tus brazos, voltear arriba y encontrarme con tu barba, y con ese gesto tuyo que usas cuando sueles disfrutarme.
Hoy sólo vino mi nariz,
inhalo.. exhalo..
ahh!, tu aroma no se me acaba;
de café y pachuli se pasea esa brisa tuya,
que me encanta y me envuelve,
cuando la mañana llega
y tu esencia borra lo burdo
en los amaneceres cotidianos.

martes, noviembre 05, 2013

Hace algunas noches
vi otra dimensión de tu faz,
radiante, de ojos brillantes y lejanos en pensamiento,
había en ellos alguna incredulidad.

Desde el inicio 
nos acariciamos fingiendo aroma,
cuando lo que despedíamos era Intención pura;
se advertía el hambre desde nuestra respiración.

En ninguna exhalación
permití que tu perfume se desprendiera de mi,
lo escondí en el único lugar seguro,
y ahí, dentro la piel,
vi alojarse a más de 3 partículas tuyas;
de las que volvieron fuera
saboree hasta el último roce
que pasó por mi nariz.

Ígnea es la danza que se demora,
la promesa de acercarnos
des-vestidos para la ocasión.

Hace tanto tiempo 
que no compartía una espera..
había olvidado el gusto por lo lento,
ir al encuentro de una cadencia propia,
e inventarse un nuevo ritmo para dos.

A manos atadas 
me desquició tu cercanía,
tu manera de enunciar comer
me sigue derritiendo el oído.

Esa noche te quise,
pero nunca como quieren todos
con sus ganas de cuerda y atar,
te quise como una tesitura en mis notas,
que al consultarla en el tiempo
me volverá a guiñar felicidad y estupor.