Se filtran por mis ojos
las visiones de miedos ajenos,
me sacudo la cabeza,
para que se caigan junto a mis cabellos,
deslizándolos con ira hasta las puntas.
Intangible cueva del mal disfrazado,
con cruces de oro y mensajeros vestidos de plata,
símbolos rectos ungidos en miel de Orden,
tétrico choque nasal de oro y azufre;
en vísperas del abismo todos desean caer,
pero yo voy a arrojarme!
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